El mercado de carne humana
Con el título de esta columna no me refiero a prácticas caníbales, pero sí a una práctica igual de alarmante: la trata de personas para la prostitución forzada. La prostitución se define como el acto de participar en actividades sexuales a cambio de dinero o bienes, es una práctica ilegal en la mayoría de países. Muchas mujeres y niños son obligados a ejercerla por parte de bandas criminales organizadas, hasta el punto de que las Naciones Unidas en 1949 promovió una convención para el control de la prostitución y la lucha contra el tráfico de personas esclavizadas.
En el papis, según la PDH, la explotación de menores es un tema que les preocupa, y señalan que existe complicidad con las autoridades, sin embargo, pese a su preocupación, no tienen un dato exacto de cuántos menores y cuántos centros de prostitución hay en Guatemala, ya que la mayoría de negocios están registrados en Gobernación como discotecas o cantinas, así mismo indican que al parecer el Ministerio de Gobernación y la Policía Nacional Civil, han hecho caso omiso de la existencia de estos antros, lo cual se sospecha es producto de sobornos.
Ante estas declaraciones de la PDH, vienen a mi mente algunas imágenes imborrables: la reciente captura del hijo de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, a quien se le acusa de contratar servicios sexuales de menores de edad, quien a su vez está vinculado con una red de prostitución de menores por catálogo… cabe destacar que este personaje es abogado y tiene conocimiento de la ley; así mismo, la captura de prostitutas en un Bar de la zona 6 capitalina, en donde el Ministro de Gobernación hizo su circo mediático encabezando el rescate de varias prostitutas, para luego lucir su traje blanco dando declaraciones sobre operaciones que, obviamente, no podrían funcionar sin la complicidad de las autoridades.
Recientemente la relatora especial de la ONU sobre venta de niños, prostitución y pornografía infantil, sostuvo una reunión con el Ministro de Gobernación. Según la cartera del Interior, la relatora quedó “sorprendida” ante el trabajo presentado por Gobernación el cual aborda un pacto de seguridad, justicia y paz, que inicia desde un hogar seguro, un municipio y un barrio seguro, un trabajo en conjunto con el MP, la Vicepresidencia y una comisión especial para el combate de estos males que aquejan nuestro país y a la humanidad entera.
Bien dicen que las palabras se las lleva el viento, porque hasta este momento, la realidad es otra, las páginas web ofreciendo estos servicios van en aumento, los bares, cantinas, barras show, etc., proliferan y crecen. En todos los ámbitos sociales la seguridad es inexistente, los guatemaltecos y guatemaltecas queremos hechos y no palabras, escuchamos muchos ofrecimientos, pero la verdad es una muy diferente: Guatemala continúa siendo un paraíso para el tráfico y la trata de personas.
P.D.: Aprovecho este espacio para felicitar la labor de Perro Bravo durante su 1er año de existencia, un medio que busca aportar ese debate abierto que mi país merece. Me siento muy honrada de conformar este equipo, y extiendo una felicitación muy especial al Director Editorial, a quien admiro profundamente.