LA REALIDAD QUE CREAMOS

Editorial 48

La vida política de Guatemala navega en aguas turbias. No son pocos los grupos de poder que están buscando acomodar la salida a su conveniencia. Pero también existen propuestas ciudadanas que, de ser tomadas en cuenta, pueden contribuir a un mayor balance en la conducción del poder público.

En el ser humano reside la capacidad de crear su propia realidad. Colectivamente se produce ese mismo fenómeno. Es decir, si la mayoría de la población piensa que el gobierno ha sido, es y siempre será un fracaso, actuará en consecuencia y perpetuará esa misma situación en el tiempo.

No es sino hasta que nos permitimos creer que lo antes impensable hoy es posible, que podemos realmente afectar nuestra realidad, empezando por nosotros, luego nuestro entorno y a nivel sociedad.

Es comprensible que los gobernantes despierten desconfianza en la población. El sistema político no ha sido reformado, los partidos siguen siendo plataformas de negocios, y la oportunidad de hacer algo diferente desde el Gobierno para un grupo que llegó al poder en condiciones atípicas, se está yendo entre los dedos. El sabor de la decepción y el engaño empieza a brotar con fuerza en el paladar de la ciudadanía ya en el último trimestre del primer año de FCN-Nación al frente del Ejecutivo.

Se le atribuye a Albert Eisntein la frase: “Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”. No hay mejor forma de describir la necesidad de abrir el gobierno de Jimmy Morales a las diferentes propuestas que están surgiendo de la sociedad, en un intento de salvar su gestión y estabilizar el aparato estatal.

Si bien no todas las propuestas son viables, la consideración de las mismas contribuye no solo a visibilizar los diversos puntos de vista dentro de la sociedad, sino que también promueve una mejor distribución en la conducción del diálogo nacional. Aprendamos de lo sucedido en Colombia, donde el “No” a una propuesta de Acuerdos de Paz, tan bien vendida con la retórica de la Paz como perjudicial para los colombianos, apenas ganó con un 50.2%, una pelea que estuvieron cerca de perder debido a la débil participación ciudadana y a un diálogo con escasa representatividad.

En síntesis, lo que busca la gente es acceso a la toma de decisiones de la cosa pública, no solo estamos hablando de comunidades indígenas, de trabajadores, de empresarios, de madres, mujeres, jóvenes, campesinos, niñez, todos los sectores organizados. Es tiempo de organizarse y proponer, es nuestro derecho y deber ciudadano.

Al Presidente le corresponde dejar su orgullo a un lado, obedecer la soberana voluntad y servir a los ciudadanos, sus únicos y legítimos jefes, y abrir su gobierno para darle participación al pueblo en la toma de decisiones.

Hoy, la tecnología facilita en cierto grado la realización de consultas ciudadanas para hacerlas más prácticas y menos costosas. Si nos unimos los guatemaltecos podemos desarrollar nuestra propia versión de Gobierno Abierto, es una realidad posible si nos atrevemos a crearla. ¿Cuál es tu propuesta para Guatemala?

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