Mi perro es bravo pero noble
Edición: OCT 12
Autor: DANILO ROCA
Correo: daniloroca08@gmail.com
El primer número en la historia que recién empieza de la revista Perro Bravo abre una ventana a la opinión libre de tensiones, presiones o subvenciones que aniquilan la posibilidad de acceso a la verdad no contaminada, a la mayoría de la población.
Para ser libre en materia de manejo o divulgación de la información, por definición y contradicción, debieran blindarse, quienes informan y orientan a la opinión pública. Especialmente de la tensión que provoca el compromiso de hipotecar su opinión por amistad, cercanía o lo más degradante por la seducción irresistible de quienes necesitan de plumas cómplices para apañar malas prácticas gubernamentales, políticas, mercantiles o sociales y para quienes la ética o los principios no representan más que conceptos inaplicables del diccionario de la lengua española .
Así que no es fácil ejercer esta función. Debiera uno lavarse las manos antes teclear la primera letra, y al finalizar verse al espejo para constatar si no se sonroja por la vergüenza de atreverse a respaldar con su nombre todo lo escrito.
El columnista por contradicción, en consecuencia no debiera ser necesariamente un periodista. Por el contrario el ideal sería mantenerse alejado de ese mundillo de intrigas cotidianas donde nace la noticia y la desinformación y desde un plano más elevado escapar a las garras que pugnan por llevarlo al redil de las pasiones más bajas y deleznables.
Debiera en lo posible procurar desde esa tribuna idealizada, tratar de ejercer su libertad, alejado de la tentación de hacer favores al cercano o lo más inicuo, destruir nombres y honras por salario o lo más triste por encargo.
Alejandro Arroyave, el principal responsable de esta publicación, fue quizá la llave maestra para abrir mi despacho, acercarse a mi laboratorio intelectual y convencerme de escribir en la revista.
Discípulo de mi inolvidable amigo Chepe Zarco siempre presente en el ánimo de quienes fuimos sus amigos, tenía por él una especial devoción fraternal. Y si Chepe se equivocó en muchas cosas, nunca lo hizo para ofrecer su amistad y cariño a quienes merecían semejante privilegio. Alejandro, fue uno de ellos, y por eso le traslado a él la confianza que le tuve a Chepe.
Así que aquí estoy de vuelta mis queridos amigos y lectores, dispuesto a seguir con la lanza en ristre atravesando fantasmas infernales y buscando los ángeles salvadores para este nuestro país, tan defraudado a través de toda su historia.
Y éste será nuestro campo de batalla, las páginas de esta revista serán el escenario de nuestros encuentros frente al mal. Prepárense porque depurado el espíritu a través del tiempo, lo mucho o poco que nos resta por hacer estará siempre firmado por la honradez y la decencia.
Nuestros juicios a veces implacables, nunca serán inapelables a la razón, la discusión, el debate, el diálogo constructivo que encuentre la verdad más próxima a la verdad.
Actitud que estará siempre presente en nuestro ánimo conciliador Pero también desnudaremos aquellos cuerpos pestilentes envueltos en sedas y perfumes que pretenden ocultar el insoportable hedor que destilan por todas partes.
Sin ser jueces, Fiscales, o Abogados trataremos de aproximarnos a ese sentimiento colectivo, que raras veces se equivoca, y que más allá de la propaganda siempre se inclina por lo que esta bien y rechaza con energía lo que le parece mal.
Ese cuerpo incorpóreo, ese ser sin brazos ni piernas que camina a pesar de carecer de miembros visibles que lo muevan.
Que existe y existirá siempre más allá de la muerte y de sus frustrados verdugos. Ese ente impreciso pero implacable que se llama pueblo cuya sabiduría colectiva pervive sobre la ignorancia y finalmente lo hará libre.
Nuestro pueblo, será la única razón para que cada mes, me provoque a mí mismo y procure sacar lo mejor y brindárselos a ustedes queridos amigos. Pero fundamentalmente soportes del alimento que necesita nuestro Perro Bravo para mantenerse noble