«SÍ HAY DINERO PARA MEJORAR SUS VIDAS Y QUE SIENTAN QUE EL GOBIERNO FUNCIONA»

JULIO HÉCTOR ESTRADA, ECONOMISTA Y CANDIDATO A LA PRESIDENCIA POR EL PARTIDO «CREO», COMPARTE LO APRENDIDO EN LA EXPERIENCIA GUBERNAMENTAL Y CÓMO DEBE SER LA COMUNICACIÓN DE LA PRESIDENCIA CON LA CIUDADANÍA.

Según su criterio, ¿cuáles son los factores que nos dividen a los guatemaltecos?

Yo tengo una visión tal vez alternativa, yo no tengo la sensación de que el país esté tan dividido. Yo siento que el país lo que está es desilusionado, y en algunos ámbitos está resignado, porque las cosas no avanzan. Hay un cierto nivel de decepción en ambos lados, entonces lo que se les ha ocurrido es echarse la culpa. Puedo asegurarle que mi aspiración como gobernante y como actor político en este país, para los próximos 4 o los próximos 25 años, porque yo tengo un compromiso a largo plazo con el país, una vocación, más que un compromiso, una obligación de servir, es que tengamos cobertura de salud pública universal, primaria universal, secundaria universal, pero dándole apoyo a la gente más pobre. Yo no soy de izquierda, yo soy pragmático, una derecha moderada si así lo quiere ver uno, ni siquiera sé si derecha. Lo único que aspiro son cosas que países han alcanzado hace mucho tiempo, a nivel de desarrollo social y que además son rentables. Yo prefiero pagar más impuestos y que haya mejor policía, más seguridad y más gente educada, a pagar menos, pero como el Estado ha fallado en tantos campos, ya todo el mundo perdió la confianza. Entonces ese nivel de confianza, encontró en este enfrentamiento entre CICIG, Ministerio Público y la Presidencia de la República, un canal donde se manifestó con todo esa inconformidad.
Entonces ahí hubo gente que sí pienso yo que se aprovechó del caso, empezó a levantar los fantasmas de izquierdas contra derechas, cuando yo creo que era una vía para canalizar la frustración de la gente. Yo creo que si alguien viene, pone a funcionar el aparato público, y logra empezar a tener los consensos mínimos para que haya más bienestar y lo puede comunicar, no estaríamos divididos, eso sí, está difícil porque la polarización ha dificultado la comunicación, sobre todo en las redes sociales, hace que uno sólo escuche a los de su polo. Entonces hay que llegar de una manera muy particular a los de ese extremo. Cada quien escucha y piensa en lo que se está diciendo cerca, cree que todo el mundo está a favor porque está muy cerca y lo replican muchas veces, se cierra en círculos. Yo no siento que el país tenga tanta politización, lo que hay es una sensación de ingobernabilidad, que se canaliza tal vez un poco en politización y que a mi juicio, además viendo a la gente y habiendo llegado al interior del país por la campaña, es una elite la que se tira los platos, y piensan los de la izquierda que los de derecha quieren regresar a los militares al poder, y los otros piensan que es una persecución de la izquierda radical chavista. Le diría que ese mundo existe en Twitter, en esos 10 mil o 20 mil usuarios que se tiran con todo y tienen voz, yo no veo ese nivel de polarización en el interior del país. El guatemalteco de a pie sabe que el pisto no le alcanza, por eso hemos hablado de que el pisto no alcanza, él está completamente fuera del tema de la discusión del país, no es ideológico, y si fuera ideológico el país es más de derecha, porque el guatemalteco es conservador, es conservador económicamente y conservador socialmente. Yo diría que es uno de los países más conservadores que hay, y he vivido en muchos países en el mundo.

Para brindar los servicios básicos que la población necesita hoy, ¿alcanza el pisto?

No. Para brindarlos todo no, para brindar más sí. Pero no alcanza, por ejemplo, para hacer cobertura universal de preprimaria para empezar, para eso se van a necesitar más recursos, que es un poco más de crecimiento económico, mejor eficiencia en la recaudación, y puede que en algún momento indique nuevos impuestos o más, pero uno tiene que ver resultados antes, y sobre todo los resultados tienen que ser tan fuertes y tan entendibles para la gente, que la gente acepte un contrato social diferente.
No hay espacio para entrar al tema de recursos tributarios, y además, honestamente, también hay cierto espacio de endeudamiento que puede acelerar la economía y puede usarse, porque no se ha usado también el apalancamiento que el país aguanta, para empezar a dar resultados. Si uno agarra plata para hacer tonteras, obras faraónicas que no tienen sentido, igual truenan. Pero yo sí a la gente, como soy ex ministro de Finanzas, le digo “mire, sí hay dinero para mejorar sus vidas, y su sensación de que el gobierno funciona, eso hay”. Para resolver todos los problemas del país definitivamente que no hay, probablemente ni en este país ni en ningún otro.

Algunos analistas políticos percibieron que su nombramiento en el actual gobierno fue una imposición del sector privado, ¿qué nos dice al respecto?

Es curioso porque es todo lo contrario. Yo ya era un funcionario público y dirigía la Agencia de Alianzas Público Privadas (Anadie), y lo que tenía era una sensación de que, o conseguía un Ministro de Finanzas que entendiera lo que estaba haciendo yo, porque es un negocio financiero para el Estado, o iba a pasar otros 3 años como había pasado, sin poder levantar los proyectos y sacarlos adelante, y llevarlos hasta el Congreso, que es donde están ahora. Entonces llegaron algunas sugerencias de gente técnica, porque el Presidente tomó bastante tiempo en su época en formar gabinete. Y alguien sugirió a mi persona, pero vino de una reunión con otra persona que le había dicho “mirá, yo ya fui ministro pero tengo 65 años, agarrate a un patojo joven”, le dijo que buscara entre los nombres que figuraban como economistas, como de conocimiento financiero, estado de obra, etc. Por pura casualidad, mi hermano menor había andado un día apoyándo al Presidente para prepararse para un debate de vivienda, y ahí andaba con él en el carro, preparándolo. Entonces cuando me conoció a mí le dijo “mirá, tu hermano me cayó bien”, entonces me seleccionó sin ser una sugerencia del sector privado, una sugerencia de un grupo específico, si no porque casualmente, mi hermano, que era de la Dirección de Estadística y Reconstrucción de Vivienda, lo había tratado de apoyar para que planteara las políticas que pensábamos que eran correctas. Entonces yo venía más en una parte de formación, tengo la relación con el sector privado por mi mamá, porque ha trabajado muchos años en el sector agroexportador. Entonces todo el mundo lo vincula, pero no era una sugerencia del sector privado, yo no me consideraría cuadro del sector privado, yo tengo una carrera internacional de muchos años, volví a Guatemala hace 10 años y empecé a manejar proyectos del sector público, con relación a la parte de inversión, porque es la parte económica que yo he desarrollado. Yo le digo a la gente que probablemente es difícil que encuentren a alguien más independiente, porque yo tengo una carrera, yo no dependo económicamente, cuando salga si lo decido, mis relaciones no son aquí en Guatemala, yo puedo regresar a trabajar a Suiza, puedo regresar a trabajar a Washington, a Nueva York, en banca de inversiones, si eso es lo que quisiera hacer.

Mi decisión ahorita es trabajar por el Estado de Guatemala, porque siento que hay tanto que se quedó pendiente. Pero no pienso que haya sido una sugerencia, como hay gente que especulaba que haya sido una sugerencia de allá en la Reforma, otros especulaban que había sido del sector privado, pero no. Debo decir que tal vez fue un proceso donde no había quién se animara también, hay que reconocerlo. Y el Presidente en su momento creo que sí tuvo un poco la visión de decir “voy a poner a alguien que realmente conozca estos temas”, y yo puse mi gente sin ningún tipo de condicionamiento, los 3 viceministros eran míos 100%, no eran mis amigos, era gente que pensaba igual o parecido que yo. Yo empujé muy fuerte el tema de liberar el secreto bancario en la SAT, el tema de la ley de competencia también la empujamos fuerte nosotros. No iba en la línea de proteger los intereses tradicionales del sector privado. Creo que estaban contentos que yo estuviera en la institucionalidad, pero nunca he tenido vinculación gremial ni directa, yo personalmente, obviamente tenía empresas en Guatemala y conozco lo que es ser empresario, exportador también, constructor y prestador de servicios, pero no estoy cerca de los grandes intereses económicos del país.

Un presidente tiene que quitarse a los intermediarios y hablar directamente con la gente, explicarle con detalle.»

Julio Héctor Estrada

¿Cómo un gobernante puede evitar caer bajo la influencia de esos grupos de poder y mantener esa comunicación cercana con los ciudadanos?

Mire ese es uno de los retos que no solamente le atañen a la política guatemalteca, le atañen a la política del mundo, en el mundo entero la política está de cabeza. Macron, que era la súper estrella de la política, con dos terceras partes del Congreso francés, y con una elección ganada de forma arrasadora, está sufriendo ese problema de la comunicación. No digamos Merkel. Está pasando en toda América Latina, en todos los países. Yo tengo esta impresión de que los medios tradicionales ya no son un buen mecanismo, porque la competencia con los medios alternativos nuevos, en línea, los ha hecho convertirse un poco en lo que eran antes, y eso hace que las noticias sean cada vez más superficiales, porque la atención de la gente es más superficial. Yo creo que un presidente tiene que poder prescindir de intermediarios, hablando directamente con la gente. Por eso pienso que un presidente tiene que pasar muchísimo tiempo en un canal muy abierto de comunicación con la gente, y tiene que entender muy bien lo que se está haciendo, porque tiene que explicar detalles pequeños. Yo le explico a la gente que cuando nosotros planteamos un préstamo para luchar contra la desnutrición crónica que llegó al Congreso en noviembre del 2016, se aprobó en marzo de este año 2019, dos años y tres meses más tarde; y era un buen préstamo, con un buen programa, bien construido, replicando un modelo que en Perú fue tremendamente exitoso. Pero como era préstamo, todo lo que es préstamo está en la misma casilla. Políticamente le costaba al Congreso pasar el proyecto, habría que poder explicarle a la gente inclusive por qué se utiliza el endeudamiento y para qué, así como los programas, para poder realmente salir del entrampamiento. Eso lo hace el presidente dialogando muchísimo y quitándose a los intermediarios, para poder hablar en directo sin voceros, para poder comunicarle a la gente, y también con una combinación importante de representantes locales. Yo creo que los gobernadores no deberían ser electos por su capacidad de gestión de proyectos o por compromisos políticos y asignación de obra, si no con unos equipos de comunicación de primer nivel, gente de altísimo nivel de capacidad comunicacional, que pueda representar al presidente y explicarle a la gente donde están las cosas, por qué razón hay cosas que todavía no han llegado, por dónde van. Pero la comunicación del presidente solamente tiene capacidad de funcionar por un tiempo, si hay resultados y tiene cosas que presentar. Si tiene cosas que presentar y no comunica, igual no va a ningún lado. Si comunica, pero no tiene resultados, le aguanta un tiempo pero después, no va a ningún lado tampoco. Si combina algunos resultados, que sean pequeños pero hay que venderlos bien, y los comunica, entonces creo que se gana gasolina para empezar a hacer cosas importantes para el país.

Si el país invierte en gente mejor formada, pero después a todos sus funcionarios o su gente que ha tenido a ese nivel, se los come políticamente por descalificación, o se los come la Contraloría, o se los comen los casos judiciales, no vamos a ningún lado tampoco. Por eso yo dije, “bueno, pues a mí no me han comido, y me voy a plantear con una propuesta”, porque el país es como si fuera una organización, debería ir promoviendo a su gente que más conoce. Entonces yo le pregunto a la gente que resiente mi participación en el gobierno de Jimmy, “¿cómo esperan que uno aprenda a hacer esto?”. Yo estuve en el gobierno de Álvaro Colom, en el gobierno de Otto Pérez, en la Agencia de Alianzas Público Privadas, en el gobierno de Jimmy en el Ministerio de Finanzas Públicas, obviamente subiendo en el escalafón, entendiendo la decisión pública y luego atendiendo el manejo político. Yo le he dicho a la gente cuando me pregunta “¿y hasta cuándo seguirás?”, “hasta que me saquen tarjeta roja”.

Seguiré con esa convicción de que yo sí puedo formar un equipo de gente de entendimiento similar de las cosas y que pueda generar ese primer embrión del primer año, los primeros 8 o 9 meses, de cosas que sí se pueden hacer, y apostarle realmente a lograr esa comunicación que le llegue a la gente, que es muy nueva política, muy emocional, muy desintermediada. La sensación de cercanía tiene que ser real. Y no es con gabinetes abiertos, es más que eso, con interlocutores que realmente puedan generar una red para que la gente sepa con quién hablar directamente a nivel de liderazgos. Yo sí pienso que las redes sociales están afectando a la política más de lo que la han beneficiado, porque la han hecho excesivamente superficial. Hay una manera de usarlas mejor, pero tiene uno realmente que poder tener en su cocina al pueblo cada domingo en Facebook Live y hablar con 600 mil personas, ese nivel de cercanía tiene que tener uno para tener cierto respaldo, porque vía medios tradicionales, vía campañas de publicidad, no es suficiente.

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