¿Y LA INTEGRACIÓN DE AMÉRICA DEL SUR?
LA INTEGRACIÓN QUE PROMOVIÓ CHÁVEZ, SE ESTANCA UN AÑO DESPUÉS DE SU MUERTE
En el decenio que Hugo Chávez gobernó Venezuela, la región vio el ascenso de gobiernos de izquierda y de un movimiento de unidad regional que impulsó diferentes proyectos y que más de una vez fue fundamental para defender los gobiernos de turno frente a los golpes de Estado. Hoy, un año después de la muerte de Chávez, la integración es casi cosa de ayer.
El ocaso del ALBA
En 2004 surgió el primer proyecto de integración llamado Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), se le presentó como una alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas impulsada por el gobierno estadounidense. El principal atractivo de la propuesta era el apoyo económico que las economías pequeñas podían recibir gracias al auge económico que vivía Venezuela debido al petróleo.
Pese a los diversos intentos de Hugo Chávez por lograr que el ALBA aglutinara a toda la región, sólo llegó a abarcar 12 naciones de economías minúsculas como las de Antigua y Barbuda, Nicaragua y Santa Lucía.
De la mano del ALBA vino el interés por crear una moneda común para la región suramericana, del tipo que es el Euro en la Unión Europea. Se le llamó Sucre y era emitida por el Banco del ALBA, la primera transacción realizada con esta moneda, en su especie virtual, fue una exportación de arroz venezolano a cuba en 2010. En los primeros seis meses del 2013 se habían realizado 1500 transacciones equivalentes a 550 millones de sucres, sin embargo la crisis económica de Venezuela de cuya economía depende el ALBA truncó su crecimiento y, sumado a ello, nunca logró expandirse a las otras economías poderosas de la región como Brasil y Argentina. Se estima que en 2013 ya los ingresos petroleros de Venezuela habían bajado en US$170 Millones con respecto a su punto más alto, lo cual se traducía en un recorte de los esfuerzos de ayuda a los países miembros.
Pese a que la iniciativa también previó la creación de programas turísticos, deportivos, culturales y de fomento del comercio, ninguno de ellos trascendió ni convenció a las otras potencias suramericanas de unirse.
La UNASUR
La Unión de Naciones Suramericanas nació también en 2004 como un contrapeso a la Organización de Estados Americanos. Esta organización tuvo más éxito que el ALBA aunque su función se limitaba a esfuerzos políticos más que económicos. Su trabajo fue fundamental para evitar que se consumara el golpe de Estado ecuatoriano en contra de Rafael Correa en 2010.
La situación ha cambiado con los años y pese a que la organización consolidó instituciones como el Banco del Sur y diversos Consejos de Ministros en materia de defensa, salud, cultura y energía, el proceso de unión se ha estancado y la organización se ha hecho menos influyente. Ello se debe en gran medida a que los mandatarios que gozaban de gran respaldo popular al momento de la fundación de la UNASUR ahora atraviesan crisis políticas en sus países, tal el caso de la propia Venezuela, de Brasil y de Ecuador. Además, luego de la muerte de Chávez, ninguno de los actuales mandatarios Latinoamericanos decidió tomar la batuta y liderar el proceso de integración.
La falta del líder
Para Rafael Correa, presidente de Ecuador, la forma abrupta con la que el ALBA se ha detenido se debe al descuido de cada uno de los integrantes debido a los desbordados problemas internos de los países que la integran. Por ahora la región está en espera de conseguir mayor estabilidad política que les permita retomar las tareas de integración, de esperar el ascenso de un nuevo líder y de encontrar caminos que no estén marcados por las ideologías de turno.